Mientras Pullaro se jacta de la “eficiencia” de su gestión, la realidad es que las escuelas públicas de Rosario se convierten en verdaderos hornos, sin ventilación adecuada ni infraestructura para mitigar el calor sofocante. “Los chicos están agobiados por esta ola de calor. Estamos teniendo chiquitos y también docentes golpeados, les afecta la salud”, denunció Casiello, evidenciando el riesgo al que se exponen diariamente miles de personas.
Radiografía del abandono: 130 escuelas en la mira
Un relevamiento realizado por Amsafé revela un panorama desolador: en 130 escuelas de Rosario, más del 80% de las aulas carecen de ventilador o tienen sistemas de ventilación insuficientes. ¿Cómo se pretende que los alumnos puedan concentrarse y aprender en estas condiciones? ¿Dónde quedó la promesa de Pullaro de priorizar la educación pública?
¿Suspender las clases? Una medida extrema ante la inacción estatal
Ante la gravedad de la situación, Amsafé no descarta la posibilidad de solicitar la suspensión de clases en las escuelas más afectadas. “Lo planteamos con cuidado, no como medida total. Entendemos que la mayoría no puede dar clase, pero a lo mejor en algunas situaciones se puede dar en primer turno, no por la tarde. Habría que habilitar a las propias comunidades y dirección para que, con criterio, resuelvan”, explicó Casiello.
La realidad es que la suspensión de clases es una medida extrema, pero necesaria ante la inacción de un gobierno provincial que parece priorizar el ajuste económico por sobre el bienestar de la comunidad educativa. “Los chicos no tienen que estar en las aulas como sea, tienen que estar en las aulas para aprender. No tiene sentido forzarlos”, sentenció Casiello.