A pesar de las fotos sonrientes y las declaraciones melosas sobre el “trabajo en conjunto” para mejorar la seguridad (¿será que Pullaro no ve la realidad o prefiere ignorarla?), el gobernador Maximiliano Pullaro y su UCR no se atreverán a ir de la mano de La Libertad Avanza (LLA) en las próximas elecciones provinciales. ¡Qué conveniente! Se abrazan en los pasillos del poder, pero a la hora de la verdad, cada uno atiende su propio juego.
El Cambiemos que implosionó
La votación del 13 de abril para elegir intendentes y concejales dejará al descubierto la fragilidad de la alianza Cambiemos, que ahora se presenta como “Unidos para Cambiar”. Allí veremos al radicalismo de Pullaro, al PRO de Germana Figueroa Casas (otra que se olvida de dónde viene), al Socialismo con Lionella Cattalini (¿alguien se acuerda de que alguna vez fueron progresistas?) y a los libertarios de LLA, liderados por el diputado Nicolás Mayoraz y la legisladora Natalia Armas Belavi. ¡Un rejunte de nombres que solo buscan aferrarse a sus privilegios!
Los libertarios, con la soberbia que los caracteriza, prometen eliminar la Cámara de Senadores de Santa Fe, acusándola de ser “el nido de la casta”. ¡Qué ironía! Los mismos que defienden los negociados de los grandes empresarios y el ajuste brutal contra los trabajadores, ahora se disfrazan de “anticasta”.
El peronismo, una alternativa real
Mientras tanto, el peronismo se presenta con tres listas diferentes: Unión por la Patria, Activemos, y el Movimiento Evita fusionado con Ciudad Futura, Patria Grande y Unidad Popular. Una muestra de la diversidad y la capacidad de construcción que caracteriza al espacio.
En estas elecciones, Pullaro se juega su capital político, mientras que LLA medirá el impacto de las políticas de ajuste de Milei en el electorado santafesino. Pero más allá de los nombres y las estrategias, lo que está en juego es el futuro de nuestra provincia. ¿Seguiremos permitiendo que nos gobiernen los mismos de siempre, o daremos una oportunidad a quienes realmente defienden los intereses del pueblo? La respuesta está en nuestras manos. ¡A votar con memoria y convicción!