El gobierno de Maximiliano Pullaro decidió sancionar a cinco policías recientemente egresados por publicar fotos con sus armas reglamentarias en redes sociales. Según las autoridades provinciales, este accionar “no refleja el profesionalismo” que se busca en la fuerza.
Desde El Heraldo de Rosario nos preguntamos: ¿es esta una medida genuina para mejorar la calidad de la policía, o una estrategia para disciplinar a los agentes y controlar el flujo de información dentro de la fuerza? ¿No será que, en lugar de preocuparse por la seguridad de los ciudadanos, el gobierno está priorizando la “imagen” de la policía y tratando de silenciar las voces críticas?
No negamos que el uso de armas de fuego requiere responsabilidad y prudencia. Pero ¿es realmente una “falta grave” que un policía se saque una foto con su arma y la publique en redes sociales? ¿No será que el gobierno está exagerando la situación para enviar un mensaje claro a todos los agentes: “el que no se alinea, sufre las consecuencias”?
La frase que acompañaba una de las fotos, “Hoy el que me diga algo lo mando a dormir de una”, puede ser discutible, pero ¿justifica una sanción tan severa? ¿No sería más lógico ofrecer a estos jóvenes policías una capacitación sobre el uso responsable de las redes sociales y la importancia de mantener una conducta profesional en todo momento?
La medida adoptada por el gobierno de Pullaro nos hace recordar a las épocas más oscuras de nuestra historia, cuando la libertad de expresión era censurada y los disidentes eran perseguidos. ¿Estamos volviendo a ese pasado? ¿Se está coartando la libertad de los policías para expresarse y denunciar las irregularidades que puedan existir dentro de la fuerza?
No olvidemos que la policía de Santa Fe ha sido objeto de numerosas denuncias por corrupción, abuso de poder y complicidad con el narcotráfico. ¿No será que el gobierno está tratando de evitar que estas denuncias salgan a la luz, silenciando a los agentes que se animan a hablar?